A partir de sus canciones, se popularizaron en el pop independiente las voces angelicales y las guitarras evanescentes, y esa corriente se ha mantenido viva hasta la actualidad con bandas como Beach House. Pero la influencia del trío inglés, básica en el género conocido como shoegaze, llega aún más lejos, a nombres prestigiosos como My Bloody Valentine, Slowdive o los islandeses Sigur Rós.