El exponente más popular del sonido clásico del R&B de New Orleans, Fats Domino vendió más discos que cualquier otra estrella negra del rock & roll de los 50. Su estilo de piano de boogie-woogie relajado y apoltronado y su cálida voz sin complicaciones anclaron una larga serie de éxitos nacionales desde mediados de los 50 hasta principios de los 60. A pesar de todo, su enfoque básico nunca cambió. Tal vez no fue una de las figuras más carismáticas, innovadoras o amenazantes del rock primigenio, pero ciertamente fue uno de los más coherentes.