“Sentimos que la onda garagera ya la teníamos hecha, las canciones son similares, pero no estamos atorados en el mismo sonido y queremos que el disco refleje el año en el que vivimos”, dice el cantante y guitarrista Alejandro Archundia a Apple Music sobre Mazunte 2016. “Son canciones muy naturales: dos guitarras, bajo, batería y tres voces. Buscamos que la banda sonara como en los ensayos, pero un poco más limpio”. Además de las habituales disecciones de las relaciones humanas y las alegrías y las angustias de la vida moderna, esta vez el cuarteto mexicano se acerca a la realidad de su país con una actitud crítica poco frecuente en la escena independiente, por ejemplo en la ácida denuncia de la brutalidad policial de “Perdidos en Pantitlán”. “Creo que nos hacemos más políticos con la edad”, explica Archundia. “México vive una situación como ningún otro país del mundo. Es el país más violento del mundo y mucho tiene que ver con la corrupción y con el reparto del poder, ya sea el brazo de la policía o el brazo ilegal del narco. Creo que la realidad de este país se está quedando un poco fuera de la música y pienso que una banda de la Ciudad de México tiene que hablar de estos temas”. Más allá, Los Blenders regresan al cortocircuito melódico que ya es marca de la casa en himnos para el viernes por la noche como “Ponte Punk” o la agridulce “No Sé Surfear”. Aquí, Alejandro nos lleva por las historias de once canciones que a menudo ocultan mucho más de lo que una primera escucha podría revelar. No Sé Surfear “Como hablamos mucho de surf, la gente dice que tocamos surf, pero realmente somos una banda medio psicodélica o de rock indie y lo del surf es más algo chistoso. La canción habla un poco de eso, de que yo ni siquiera sé surfear. También hace referencia a que surfear puede ser cualquier cosa, la vida misma. Aunque ya tengo 30 años, no termino de descifrar la vida. Intentas no caerte, no cagarla y ser mejor. Como lo vemos nosotros, el surf es un estado mental. La canción está pensada como una introducción, no hay batería hasta la mitad y en los temas musicales quisimos ponernos muy Pink Floyd, muy Beach Boys. La progresión de acordes es muy sencilla, pero con mucho espacio para meter adornos”. Depresión Tropical “Después de la calma, entran tres tamborazos y empieza el rock. En realidad son los mismos acordes que la canción anterior, pero en otra tonalidad, como si fuera la misma canción desde otro punto de vista. Cuando estaba armando la maqueta, me sonaba a los Strokes. Con la letra quise capturar la sensación de cuando te revuelca una ola. Hace tres o cuatro años fuimos un mes y medio a una casa en Puerto Escondido para escribir canciones, pero me di cuenta de que yo no puedo escribir así, sino que la música me sale muy poco a poco. Al final, nos dedicamos a meternos ácido en la playa y un día, cuando estábamos en Mazunte, me arrastró una ola y sólo recuerdo que todo se puso blanco y no sabía muy bien dónde estaba. Lo que quisimos hacer con esta canción era traducir en sonido esa sensación. La letra habla de esa depresión que tiene toda la gente de mi edad, una medio depresión que te permite ser útil e ir a trabajar, pero te va desgastando poco a poco. Ola a ola, se te van yendo las ganas, pero es una canción que disfruto muchísimo tocando”. Mazunte 2016 “Es un recuerdo del mismo viaje. Un recuerdo nuboso, de cosas que recuerdo como si hubieran pasado pero no sé si pasaron en realidad. Aquí sí intentamos hacer una rola de surf con todos los elementos: un solo parecido al de “Wipe Out”, un momento con puros tambores, ese tono parecido al de los Ventures, las armonías de los Beach Boys…”. Súper Amor “Intentamos hacer discos en los que el principio sea más fácil de escuchar y el final sea un poco más retador. ‘Súper Amor’ es la más popera del disco, pero las partes que unen los versos y el coro son más raras en cuanto a los acordes. La idea era llenar todo de placer, quitártelo de pronto y luego volvértelo a dar. La letra es una historia de amor. Había estado escuchando mucho a Air, que escriben canciones muy limpias y con referencias muy locales. Y aquí hago referencia a los volcanes de Popocatépetl e Iztaccíhuatl, con una historia de amor mitológica que es de las pocas cosas de la cultura prehispánica que siguen perviviendo en el imaginario colectivo. Una de las partes que más me gusta del disco es la que dice ‘Somos como el Pop y el Iztaccíhuatl, y ni siquiera Cortés nos puede separar’. Es la canción más cursi que he hecho, ni siquiera es amor, es superamor”. Ponte Punk “Es de las más viejas del disco. ‘Ponerse punk’ es una expresión que se usa mucho en México, normalmente las señoras, cuando alguien se enoja. ‘Se puso punk la señora’ y cosas así. Me pareció divertido hacer una canción que habla del punk pero con melodías pegajosísimas y con el solo más meloso y derretido que hemos hecho. La canción habla de pasártela bien, de cambiarle el uso a la expresión y que ‘ponerte punk’ sea ponerte loco y listo para echar desmadre. En mitad de la canción hay una parte muy Beach Boys que para mí representa ese momento en el que te sientes iluminado y decides que ya estás, que ya te ganó la pera y vas a ponerte loco”. Éramos para Siempre “La letra se me ocurrió en la boda de un amigo a la que fui solo porque la que era mi novia entonces estaba de viaje. Sin ella no me encontraba, de eso habla todo el principio de la letra. Luego la convertí en la historia de un rompimiento y el aventamiento eterno de ‘¿por qué no estás aquí?’. Era de las más pop del disco, pero la segunda parte es mucho más psicodélica y está llena de sonidos muy locos”. Me Derrites “La idea era hacer la rola loca del disco. Después de tantas concesiones con las canciones más pop, decidimos hacer una difícil de escuchar. Una de esas canciones que cuesta trabajo agarrarle el gusto. La letra habla de estar muy enamorado de alguien y muy drogado al mismo tiempo. No sabes bien qué está pasando, pero sabes que estás en el lugar correcto y con la persona adecuada”. Eres un Malviaje “La idea del disco es la de un viaje completo. ‘Me Derrites’ es como el atardecer medio loco en el que todo se pone de colores y ‘Eres un Malviaje’ es cuando empieza la tormenta. Son puros movimientos cromáticos de medio tono, como una sensación de tensión. La rola habla de cuando se acaba el viaje y estás de bajada. Es la parte negativa de los excesos y también del amor. Los colores cambian y pasamos de un atardecer floreado a una noche en la que las cosas se mueven a toda velocidad. Hay una parte que dice ‘Me asusta todo el mundo, pero más me asusto yo mismo’, con un chorro de delay en la voz, que resume la idea de la canción. En el disco suena muy distinta a cómo la tocamos en vivo, mucho más atmosférica”. Perdidos en Pantitlán “Habla de los peligros de la noche. Entre la delincuencia y la policía, te tienes que cuidar de todo el mundo. Es la historia de unos güeyes que tienen mala suerte. La mayoría de la gente en México conoce historias de policías que se han pasado de lanza con ellos por cualquier cosa. Yo tengo un cuate al que le agarraron mota y acabó secuestrado por una banda de policías. Y esa es sólo una historia. Al bajista de la banda le pasó algo parecido. La canción no es realmente antipolicía. Los policías ganan mal y son el eslabón más bajo de un sistema que está muy podrido. Es gente que muchas veces viene de contextos difíciles y de alguna forma también son víctimas porque pertenecen a la clase obrera pero están para cuidar a los ricos. Son parte de una institución muy grande que supera por mucho a los individuos”. Punta Diamante “Punta Diamante está en Acapulco, que es un lugar que en los 70 era la playa más cabrona del mundo sobre la que hay muchas leyendas. Ahora está un poco venida a menos y se ha vuelto un lugar superpeligroso, con mucho narco, trata de personas y cosas muy feas. Hay zonas que son para puros millonarios y a dos kilómetros están colgando a gente. Hay lugares en los que México se dispara al máximo, uno es Tijuana y otro es Acapulco. Los dos están llenos de energía caótica. Punta Diamante no es tanto de ricos, sino algo más aspiracional. Hay una vibra muy rara. Esta canción es el momento del final de la pera en el que decides que no vas a volver al hotel, por eso se titula así. El coro me recuerda a Ana Torroja, lo canté como si fuera una canción de Mecano. El solo de guitarra es el final de la fiesta”. No Me Molestes “Es como un outro, un rollout con los créditos. Como cuando te quedas dormido en playa y te despierta el ruido del restaurante de al lado que ya está abriendo y tiene la música puesta. Es la parte playera brasileña que nos falta explorar, pero que quizás llegue más adelante”.