Hay músicos de los que es difícil hablar porque se necesitarían horas para hacerlo. En su natal Brasil, Luiz Gonzaga es una figura tan icónica como el Cristo de Corcovado o las playas de Copacabana. Este músico dedicó su vida a hacer feliz a la gente con los armónicos ritmos de su inseparable acordeón y las composiciones que le dieron el nombre del “Rey del Baião”, un género originario del noreste brasileño, del cual se desprenden otros más populares como el forro y el choro. Esta selección es una puerta abierta a su inimitable repertorio.