Desde sus inicios en los 80, Enya se ha esmerado en generar un estilo depurado que integra new wave, pop, world y acordes celtas, pero que no puede ser catalogado como ninguno de ellos. Sus matices clásicos, ritmos serenos y composiciones exquisitas han sido alabados por Enigma, M83, y otras agrupaciones, sumándolos a sus proyectos para rendir homenaje a esta figura vanguardista de la música.