Criado en el popular barrio Corea, DELLAFUENTE (Granada, 1992) lleva el cante flamenco en la sangre, pero también confiesa sentirse conectado tanto a los ritmos de Daddy Yankee como al hip-hop de la costa este. Quizá por eso en su música cabe de todo, del trap a los ritmos latinos, del flamenco al reggaetón y de Lorca al autotune. Su primer álbum, Azulejos de Corales (2015), proponía una excitante amalgama de estilos y letras que hablaban de la vida en la calle y de cómo es crecer en un barrio humilde. Tras publicar Ansia Viva un año después y celebrar su primer platino por “Guerrera” junto a C. Tangana, el granadino paró en seco y apareció, envuelto en un halo de misterio, con una suerte de trilogía. En Descanso En Poder (2020) relata su propia muerte artística, Milagro (2021) es posiblemente su trabajo más introspectivo, grabado junto a la Orquesta y el Coro Ciudad de Granada, y en Tanteo (2022) describe el regreso a una vida austera junto a su familia como una especie de resurrección. Descubrimos así a un personaje imprevisible que parece renacer con cada nuevo trabajo. Como en Lágrimas pa otro día (2023), un álbum fascinante en el que aparte de hip-hop encontramos guitarras, rumba, sonidos de México y Cuba y un DELLAFUENTE más poeta que nunca, al que vemos elevando su ya célebre música folklórica atemporal a otro nivel.