Fuse

Fuse

Referirse a Fuse como el primer álbum de Everything But the Girl en 24 años no hace justicia a todo lo que el matrimonio de Ben Watt y Tracey Thorn ha hecho entre tanto, como, por ejemplo, siete álbumes en solitario, tres hijos, cinco libros de memorias y tres sellos discográficos. “Seguimos caminos separados hasta la pandemia”, dice Watt a Apple Music. “Cuando las cosas empezaron a volver a la normalidad, los dos nos dimos cuenta de cuánto nos había cambiado la experiencia y nos preguntamos si sería buena idea movernos en una nueva dirección”. Por más que el proyecto suponga un cambio de contexto para el dúo en lo personal, su música siempre ha reflejado su época sin dejarse arrastrar por ella y, a ese respecto, Fuse suena tan singular y natural como cualquiera de sus predecesores. La impronta de la nueva década es evidente en el beat 2-step de “Nothing Left To Lose” o el dueto de Thorn con su alter ego autotuneado en “When You Mess Up”. Al mismo tiempo, la suave desesperación de “Run A Red Light” y el éxtasis al final de la noche de “No One Knows We’re Dancing” remiten a la misma sofisticación evocadora que define su música desde mucho antes de que descubrieran las cajas de ritmos. “Teníamos más tiempo para estar juntos”, dice Watt sobre su primer proyecto común desde que grabaran Temperamental en 1999. “Tracey fue la que dijo que, si no lo hacíamos ahora, entonces cuándo. Después de tantear un poco el terreno, descubrimos que seguíamos teniendo muchísimo en común, un lenguaje compartido y el mismo interés por la concisión, las emociones directas y el espacio”. Aquí, Watt y Thorn nos llevan una a una por sus nuevas canciones. Nothing Left To Lose Tracey Thorn: “Fue la última canción que escribimos y grabamos, solo pudimos hacerla cuando ya nos sentíamos con más confianza. Estábamos alucinando con los temas que teníamos y pensamos que nos faltaba uno para clavar el álbum. Cuando Ben terminó de montar el instrumental, con ese beat, el trémolo en el bajo y un montón de espacio para mi voz nos sonaba como un guiño al pasado, pero con un sonido fresco. Es muy atmosférico y fue la inspiración de una letra muy desnuda y honesta”. Run A Red Light Ben Watt: “Una tarde, cuando ya teníamos algunas canciones listas, le puse a Tracey unas maquetas que había grabado unos años atrás. En cuanto escuchó esta, me dijo que era increíble y que le tenía que dejar cantarla. Los versos que dicen ‘run a red light’ (sáltate un semáforo) solo aparecían en la coda, pero los convertimos en el estribillo, cantando juntos y con mucho Auto-Tune en mi voz para que tuviera un poco de lo que Mark Ronson llama ‘robot triste’. La letra es el retrato del típico tío que conocía al final de la noche cuando trabajaba de DJ, el tipo de persona que piensa que solo necesita un poco de suerte para darle la vuelta a la situación”. Caution To The Wind TT: “Es un tema inusual para nosotros, porque el tempo es de house, aunque suena casi eufórico. Normalmente, es un espacio musical que combinamos con tristeza, pero aquí la letra es una celebración: las estrellas, el cielo como una catedral, una persona que vuelve a casa y la idea de lanzarse a la piscina y exigir intimidad con alguien. Los versos que citan el título me recordaron a Stevie Nicks al interpretarlos. La canción se da un ligero aire a Fleetwood Mac de rave, a redobles de batería y pañuelos al viento”. When You Mess Up BW: “Fue la primera canción que escribimos juntos desde 1999. Tenía una serie de improvisaciones de piano en mi iPhone grabadas sin ninguna pretensión, sin pensar en componer un tema y tratando de liberarme de toda presión y expectativa. Los intervalos de los acordes no son los más habituales y usan cuartas, sextas y tal. Tracey escribió la letra sobre ese periodo de transición entre la madurez y el futuro que te recuerda la tensión e incertidumbre de la juventud, pero desde un punto de vista comprensivo consigo misma, del tipo ‘no te castigues, todos la cagamos, la vida es difícil’. En algunos versos jugamos con la voz de Tracey, subiendo la afinación y cambiando el tono hasta que suena como un diablillo que le susurra al oído o una voz interior”. Time And Time Again TT: “Aquí no sabes muy bien qué parte es la estrofa y cuál el estribillo, es más circular que lineal. La letra habla de alguien que ve cómo una persona amiga no consigue escapar de una relación y se imagina que algún momento tendrá que acudir al rescate. Ben y yo cantamos juntos las estrofas con una melodía muy downbeat. Después aceleramos mi voz y la usamos como efecto en la parte central. La onda nos recuerda un poco a nuestras primeras incursiones en la electrónica en los 80, cuando las producciones de Jam & Lewis y el pop y el R&B de la época nos inspiraron algunas de las canciones de Idlewild”. No One Knows We’re Dancing BW: “La letra es una especie de homenaje a Lazy Dog, las sesiones de domingo que organizaba con Jay Hannan en Notting Hill a finales de los 90. Empezábamos por la tarde y terminábamos a medianoche. La canción retrata, con cierta exageración, a algunos de los habituales y de la gente que trabajaba allí. Habla del mundo secreto y privado del club, la sensación de estar bailando en un sótano oscuro a las 5 de la tarde, mientras en la calle brilla el sol y la vida sigue su curso. Ewan Pearson, que grabó sintetizadores y programó la batería, le dio un rollo entre el dub y el italodisco”. Lost TT: “Era una pieza que Ben había grabado en casa durante el confinamiento, un ciclo hipnótico de arpegios en forma de canción. Para la letra, escribió ‘Perdí..’ en Google y seguido todas las sugerencias: perdí la cabeza, perdí las maletas, perdí mi trabajo perfecto… Suena incoherente y casi deslavazado, pero de repente escuchas ‘perdí a mi madre’ y te das cuenta de que habla de todo tipo de pérdidas. Ahí es donde te agarra. Las voces que suenan de fondo las improvisé para que hicieran de contrapunto y son todo frases sobre no rendirse ante la adversidad, seguir avanzando y no verte como una perdedora”. Forever BW: “Fue el primer tema del proyecto en el que metí un ritmo dance de cuatro por cuatro. Me acuerdo de que Tracey entró corriendo en el estudio para decirme que le gustaba. En realidad, no es un tema dance y eso es algo que nos encanta. El pulso del sintetizador que lo atraviesa suena oscuro y la atmósfera es bastante intensa. La letra habla de decidir qué es lo que de verdad importa, de dejarte de juegos y de perder el tiempo y pensar en quién estará a tu lado en una crisis o, como dice uno de los versos, ‘cuando toda arda’”. Interior Space TT: “Empezó como otra improvisación de piano de Ben sobre un paisaje de zumbidos, pinceladas musicales y los sonidos ambientales que Bruno, nuestro ingeniero, grabó en una playa de Gales cuando estaba de vacaciones con su familia. También tiene una de las pocas partes de guitarra que Ben grabó para el álbum. Mi voz está muy modificada para que suene como si estuviera dentro de mi cabeza: grogui, psicodélica y un poco tarumba. En la letra, hablo de no entenderme a mí misma, de sentirme inescrutable, una sensación que los arreglos intentan hacer vívida y real”. Karaoke BW: “El álbum termina con un ritmo lento y espacioso de órgano distorsionado, (sintetizador Yamaha) CS-80 y un Moog muy de la Costa Oeste. Los versos de las estrofas son sobre un bar de karaoke de San Francisco al que fui hace unos años. Al principio, era todo bastante aburrido, pero cuando los habituales empezaron a llegar, una mujer cantó ‘Starlight’ de Jennifer Hudson y arrasó. Fue lo que inspiró a Tracey a escribir la letra del estribillo, que introduce una segunda idea en la canción: ‘What is singing for? Do you sing to heal the brokenhearted or get the party started?’ (¿Para qué sirve cantar? ¿Cantas para curar corazones rotos o para que empiece la fiesta?). Para las dos cosas, claro”.

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