Pocos artistas pueden experimentar la evolución que ha tenido Raphael Saadiq a través del tiempo. Tras una infancia llena de pérdidas, pudo sobrevivir para ser parte fundamental en los actos en vivo de Prince. No obstante, Saadiq quería su propia identidad y tomó el arduo pero gratificante camino en solitario. Y funcionó. Desde A Tribe Called Quest hasta Mick Jagger, no hay una leyenda de la música que no haya trabajado junto a él. Es un maestro de la producción cuyo sonido te lleva a lo más nostálgico del soul para elevarte al cielo y provocar movimientos involuntarios en tus pies.