Leftfield era sinónimo de bailar hasta el amanecer en el vocabulario de las juventudes noctámbulas de los años 90. La combinación de house progresivo con sampleos de la música africana y el reggae con el beat del techno y atmósferas que a veces culminaban en paroxismos estilo trance volvió el sonido de Leftfield un parteaguas tanto en la fiesta electrónica noventera como en el desarrollo de subgéneros de reggae que, a partir de Leftfield, recurrirían con menos reticencia a los recursos digitales que la tecnología ha puesto a su disposición.