Jessye Norman: imprescindibles

Jessye Norman: imprescindibles

Su voz es reconocible en cualquiera de sus grabaciones: rica, plena, expresiva y poderosa. La cantante siempre se encontró más cómoda grabando que en el escenario, a pesar de ser una soberbia intérprete. Ejemplos de ello serían su Salomé de Strauss o su Carmen de Bizet. Muy versátil, podía pasar de afinar la voz para interpretar a una sensible Doña Elvira en el "Don Giovanni de Mozart" y al tiempo resultar una genial Sieglinde wagneriana. Pero fue su Strauss, en especial las "Cuatro últimas canciones", lo que le reportó mayores aplausos.

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