La delicadeza, el fraseo, la elegancia y la sensibilidad vocal de Billie Holiday han hecho historia. Y no es solo por sus grabaciones, patrimonio del jazz, sino también por el inmenso legado de herederos y sucesores que ha dejado en la música contemporánea. Chet Baker, Ella Fitzgerald, Nina Simone y Madeleine Peyroux son algunos ejemplos muy ilustrativos de su huella inmortal.