Boy bands: una guía

¿Son originales? Sí. ¿Son sexis? Absolutamente. Y siguen siendo todo lo que necesitas. Te damos la bienvenida a una celebración de las boy bands y a una mirada íntima de los puntos más altos y bajos que han alcanzado.

Cada persona tiene su boy band favorita y su integrante preferido. ¿El tuyo es el rompecorazones, el más guapo o el chico malo? (Por ley en el pop, estas bandas también deben incluir una figura de hermano mayor y uno tímido). Y si bien cada generación ha marcado su propia visión de cómo se ve una boy band, hay un momento en el que se demostró el poder total de un grupo de hombres cantando y bailando al unísono.
El inicio de los 90 y de los 2000 fue la época dorada liderada, en Estados Unidos, por los Backstreet Boys, *NSYNC y B2K; en el Reino Unido por Take That, East 17 y Five; y en Irlanda por Boyzone y Westlife. Fue una era de armonías perfectas y pop atrevido; de coreografías cool y baladas emotivas (interpretadas en taburetes y con atuendos de colores). Había rivalidades (no te debían gustar Take That y East 17, ni Backstreet Boys y *NSYNC), así como grupos para cada personalidad [Five, por ejemplo, se dirigía a quienes buscaban “actitud y atrevimiento” (tal como indicaba la convocatoria del casting original). Los miembros, a menudo descubiertos por sellos discográficos y magnates de la música a través de anuncios en periódicos locales, eran talentosos, guapos y jóvenes, el tipo de hombres con quienes se quería estar o ser. Y durante un tiempo fueron imparables.
“Musicalmente, fue una especie de reflejo de lo que sucedía en la sociedad”, recuerda Nick Carter de los Backstreet Boys, en All I Have to Give Radio, el programa de Apple Music de 2020 sobre el grupo. “Los integrantes de la banda y el mundo estábamos felices. Era en el momento ideal”. Quizás, pero la edad de oro también fue producto de una larga lista de grupos masculinos que sentaron las bases durante décadas, antes de que el concepto de boy band existiera.

En general, se cree que la historia de las boy bands comenzó en la década de 1930, con la aparición de los denominados cuartetos de barbería, grupos exclusivamente masculinos que cantaban armonías a capella a cuatro voces. Luego vinieron las agrupaciones de doo-wop que creaban canciones con armonías, ritmos vocales y letras sobre el amor en un estilo que influenciaría a conjuntos de Motown, como The Temptations y Four Tops. Y fue en ese sello de donde surgió otro modelo pionero: Jackson 5, con sus armonías perfectas y sus rutinas de baile, tenía todos los componentes de una boy band moderna, que incluye una muy importante: fans gritando en cada presentación, y en su mayoría, mujeres. La jacksonmanía no fue el primer ejemplo pues, en los 60, The Beatles inspiró niveles de fanatismo sin precedentes con su buena apariencia y sus éxitos sobre el amor que causaban desmayos. Y es discutible si los cuatro fantásticos, que escribían sus propias canciones, tocaban instrumentos y no bailaban, pueden describirse estrictamente como una boy band, pero sin duda marcaron el modelo. “Todos esos [grupos] que trascendieron son como un equipo de futbol para su público”, comentó Robbie Williams a Zane Lowe en noviembre de 2022.
A finales de los 70 y 80, los conjuntos exclusivamente masculinos se estaban volviendo irresistibles, como Menudo, uno de los más importantes en Latinoamérica, o Wham! y Spandau Ballet, en Gran Bretaña. Pero fueron dos grupos nacidos en Boston los que establecieron el modelo final para las boy bands modernas: New Edition (formada en 1978 como una “nueva edición” de Jackson 5) y New Kids On the Block (concebida seis años después por Maurice Starr, exmanager de New Edition, en una versión blanca). Ambas agrupaciones resultaron inspiradoras para los managers (Backstreet Boys y Take That, por ejemplo, se inspiraron en NKOTB), así como para futuras estrellas. “Vi [a New Kids On the Block] en un programa de televisión en 1985 o 1988, fui a la escuela y pregunté: ‘¿Alguien vio eso?’ y me dijeron: ‘Cállate, eso es para niñas’. Pero todavía hay un lugar especial en mi corazón para New Kids On the Block”, comenta Robbie Williams.

Casi desde que existen bandas exclusivamente masculinas, también existe nuestro gusto por verlos en la pantalla. Tomemos como ejemplo The Monkees, la comedia de la NBC de 1966 que sigue a una agrupación ficticia del mismo nombre inspirada en The Beatles. Décadas más tarde, las boy bands y la televisión continuaron siendo una pareja perfecta. En 2009, por ejemplo, después de firmar con el sello de Disney, Hollywood Records en 2007, Jonas Brothers protagonizó su propia comedia Jonas, su reality Living the Dream y su película en 2008 Camp Rock (y secuela Camp Rock 2 ). Después, el grupo irlandés The Wanted y 3T, formado por los hijos de Tito de Jackson 5, también dejaron entrar a las cámaras. Pero la televisión no es sólo una forma de acercarte a tu conjunto favorito pues también es una herramienta para descubrirlo.
De un concurso surgió una de las boy band más importantes de todos los tiempos: en 2010, en la séptima temporada de The X Factor en el Reino Unido, los jueces Simon Cowell, Nicole Scherzinger y Louis Walsh pensaron que cinco concursantes solistas (Harry Styles, Niall Horan, Louis Tomlinson, Zayn Malik y Liam Payne) no eran lo suficientemente buenos como para lograrlo por sí solos, pero podían ser mágicos juntos. One Direction no ganó el programa, pero eso no importó pues alcanzaron éxitos no vistos desde la edad de oro, tal vez incluso desde la Beatlemanía, sin coreografía pero con muchos hits sexies, dulces baladas y videos atrevidos que hablaban a cada mujer (“You’ve never loved your stomach or your thighs/The dimples in your back at the bottom of your spine/But I’ll love them endlessly,” se convirtió en “Little Things” del 2012). Y con la primera gran boy band de la era del internet llegó una nueva forma de fanatismo en el que las y los Directioners se reunieron en las redes sociales para documentar minuciosamente cada movimiento de 1D, incluido el lugar exacto en el que Styles vomitó al costado de una carretera e incluso compusieron fan fictions sobre sus ídolos. (¿quién se puede olvidar de Larry Stylinson, la extraña historia sobre una supuesta relación secreta entre Styles y Tomlinson?). Esto no era sólo fanatismo sino la cultura stan, y muchos Directioners, lo sentían como una comunidad.

En 2023, el miembro más joven de BTS, Jung Kook, intentó resumir cómo es estar en el grupo. “¿Es el cielo?” se preguntó mientras hablaba con Zane Lowe de Apple Music. “No lo sé. De cualquier forma, es sumamente bueno. Es fantástico cantar como artista ante toda esta gente que me anima”. Aunque es una forma modesta de describir el alcance de BTS, pues se erigen como la boy band de K-pop más famosa del planeta, RM, Jin, SUGA, j-hope, Jimin, V y Jung Kook no fueron los primeros. El 11 de abril de 1992, un trío llamado Seotaiji and Boys interpretó “Nan Arayo” (“I know”) en un concurso de televisión. Combinando hip-hop estadounidense, new jack swing, rock y letras en coreano acompañadas de movimientos de baile y mucha arrogancia, la canción se convirtió en un éxito desbocado y el eficaz inicio del K-pop. Desde entonces, las agencias comenzaron a formar “grupos idol” de jóvenes talentos a través de audiciones. Los elegidos se someten a un entrenamiento riguroso que abarca desde canto y baile hasta el comportamiento. Con más miembros, influencias musicales y precisión que cualquier boy band previa, los conjuntos de K-pop (desde los primeros pioneros H.O.T. hasta SEVENTEEN, SUPER JUNIOR y EXO) han demostrado ser fuerzas imparables y una de las mayores exportaciones culturales de su país.
Pero ningún grupo ha alcanzado mayor éxito que BTS (que actualmente se encuentra en una pausa para que los miembros realicen el servicio militar, con una reunión programada para 2025). La agrupación fue formada en 2010 por el empresario de K-pop Bang Si-hyuk y, como muchas bandas masculinas (de K-pop), cantan, bailan y se visten igual, pero BTS no se limita a eso. Creada como un antídoto a las presiones sobre las bandas de K-pop y su público adolescente, su música refleja temas reales (y a menudo tabú) que incluyen el amor propio, las relaciones y la salud mental (así como alguna idea ocasional de Jung o Nietzsche). Sus fans también han elevado los estándares: ARMY (“Adorable Representative MC for Youth”, en inglés) no sólo apoya a sus ídolos, sino que también se une a temas sociales, lucha contra el racismo e impulsa donaciones a organizaciones benéficas a través de hashtags y campañas en redes sociales. Es una lealtad que se siente de manera intensa dentro del grupo. “Entre BTS y ARMY, no sé quién sigue a quién. Existe un vínculo muy especial y también una sensación de dependencia mutua. Quiero tener conversaciones auténticas y agradables con ARMY. Hay una línea que un cantante no debería cruzar con sus fans. Por supuesto, no la pasaré, pero [es] como una amistad con la que puedes hablar sobre cualquier tema”, afirma Jung Kook.

Hay una palabra que cada fan de las boy bands teme: “pausa”. Porque, eventualmente, casi todas las agrupaciones exitosas llegan a una, cuando la presión se vuelve demasiado intensa; la agenda, implacable; y la dinámica del grupo, tensa. Algunas estrellas han sido inflexibles sobre el lado más oscuro de la fama pop mundial, ese que implica trastornos alimentarios, abuso de sustancias, depresión, ansiedad, ataques de pánico e incluso trastorno de estrés postraumático. Pocos son más críticos que Williams. “Tenía 16 años. No estaba preparado para todo esto. Lo que sucede mientras creces combinado con esta fama extrema, causa un gran choque”, comentó a Zane Lowe. “Estoy seguro de que dentro de cinco o 10 años, One Direction tendrá problemas causados por esta máquina”.
Otros sólo quieren saber quiénes son más allá de esa máquina. Si bien varias estrellas pueden intentar lanzar una carrera solista, generalmente sólo un miembro logra triunfar. Harry Styles, Justin Timberlake, Robbie Williams, Ricky Martin y George Michael, entre ellos, dejaron las boy bands más importantes para convertirse en superestrellas duraderas del pop. Sin embargo, pasar un tiempo separados puede contribuir a un futuro mejor. “Creo que fue muy importante para nosotros tomarnos ese tiempo separados”, explicó Joe Jonas a Zane Lowe cuando la banda se reunió en 2019, después de haberse separado en 2013 tras su pausa de 2011. “No piensas en crecer como cualquier otro día, con el mismo grupo de amigos, juntos en la escuela y en el escenario. Necesitábamos esos seis años para decir: ‘¿Cómo es la vida sin ti?’ Crecimos mucho individualmente para volver a estar juntos”.

Actualmente ya no existe un modelo específico para las boy bands: las hay de pop, R&B, pop-punk y pop-rock, que tocan instrumentos, que no bailan e incluso de country (como Emerson Drive de Canadá o Restless Road y On the Outside de Nashville). Y también está BROCKHAMPTON, una agrupación de hip-hop fundada en 2010 por Kevin Abstract a través de un foro de Kanye West, la cual era más un colectivo en la línea de Odd Future que una boy band tradicional, con miembros y roles diversos (vocalistas, productores, pero también un diseñador gráfico, un fotógrafo y un diseñador web). Con su intrépido sonido pop-rap, este conjunto cambió las ideas sobre los grupos de rap y las boy bands, y abrió la puerta al futuro.
Sin embargo, más recientemente, las agrupaciones masculinas emergentes han tenido éxito al acercarse un poco más a los orígenes. Tomemos como ejemplo a Elevator Boys, el quinteto alemán que se está volviendo viral en las redes sociales con su estética muy de los 90; No Guidnce, el ascendente cuarteto del Reino Unido que irrumpió en 2023 con su nueva versión del R&B nostálgico; o WANMOR, el grupo de R&B formado por los hijos de Wanyá Morris de Boyz II Men. Cualquiera que sea el futuro de las boy band, una cosa es segura: nunca dejaremos de amar a las agrupaciones del pasado, ni dejaremos de apoyar a nuestras favoritas. Eso ha simplificado las reuniones décadas después de su apogeo, ya sea Backstreet Boys, B2K, New Kids On the Block o Take That, quienes el año pasado lanzaron su noveno disco de sonido más estadounidense This Life y declararon sentirse mejor que nunca. Los conjuntos masculinos son nuestros equipos de futbol y un portal a otra época. Como dijo Omarion en una conversación con Ebro de Apple Music, en el momento del regreso de B2K en 2019: “No es sólo un show. Son personas que regresan para recordar lo que estaban haciendo en ese momento. Es como un ritual”.