Ningún director contemporáneo se ha enfocado más en la difusión del conocimiento y la apreciación de la música orquestal checa que Jiří Bělohlávek. Nacido en Praga en 1946, creció durante el régimen comunista que enfatizó la identidad nacional a través de la música, y sus años de formación junto al chelista Milos Sadlo fueron esenciales en su camino. Tras estudiar en el Conservatorio de Praga, dirigió la Filarmónica Checa y después la Orquesta Sinfónica de Praga donde permaneció hasta la llamada Revolución de Terciopelo en 1989, que terminó con el gobierno comunista. Tras un breve periodo como director principal de la Filarmónica de Praga, decidió formar su propia orquesta privada a la que denominó Philharmonia de Praga. Posteriormente, a medida que su fama y prestigio internacional crecían, fue invitado a ser el director titular de la Orquesta Sinfónica de la BBC, donde tuvo el honor de ser el primer director no anglófono en liderar la emisión internacional de Last Night, concierto final del festival los Proms, en 2007. Su estilo se caracterizaba por ser sobrio y poco teatral, pero la calidez y autoridad en las grabaciones de las obras de sus compatriotas Dvořák, Janáček y Martinů causaron gran impacto. Falleció en Praga en 2017, sólo un mes después de su última aparición en concierto para el que dirigió el elegíaco Réquiem de Dvořák.