Black Messiah puso fin al largo silencio musical que durante 15 años D’Angelo, la gran esperanza del soul contemporáneo, siguiera. Aunque en el álbum mantiene las melodías sinuosas y el funk sin fronteras que definen su estilo, el nuevo D’Angelo adopta un ángulo más experimental con los toques psicodélicos de “Ain’t That Easy” o las guitarras sobrealimentadas de “1000 Deaths”. Su voz sigue siendo un instrumento prodigioso que inyecta vida a estas canciones que mezclan cuerpo, alma y política con innata elegancia.