El contratenor alemán Andreas Scholl lleva ocupando un lugar privilegiado en el panorama musical desde que, a mediados de los 90, aterrizó en la escena clásica con una voz hecha a partes iguales de técnica, expresión emocional, pureza de tono y profunda comprensión musical. Desde entonces, ha demostrado su considerable talento en grabaciones que van de Monteverdi a la tradición folclórica. Este imprescindible álbum de cantatas a solo de Bach no solo resulta una obra de innegable valor en sí misma, sino que además reúne algunas piezas menos frecuentes. La Cantata n.º 170, “Vergnügte Ruh, Beliebte Seelenlust”, que comienza con una larga aria entre las más celestiales de las que Bach escribió para alto, y el propio Scholl, sabiamente acompañado por el director belga Philippe Herreweghe y el Collegium Vocale Gent, le hace plena justicia.