Con más de dos décadas de sólida trayectoria a sus espaldas, Akil Ammar es indiscutiblemente uno de los nombres básicos a la hora de hablar de cultura hip-hop en Latinoamérica. Portavoz de lo cotidiano desde la más descarnada sinceridad, el de Ciudad de México ha ido dando forma en álbumes como Postdata o Frenesí a un corpus discográfico lleno de hallazgos líricos y de canciones contundentes como un directo al mentón, poniendo sobre la mesa historias y confesiones tan catárticas para el oyente como para el MC que las dispara.