Responsable del inolvidable tema del concurso televisivo Going for Gold (1987-1996), era de esperarse que Hans Zimmer pronto se convirtiera en sinónimo de éxito en Hollywood. Su ascenso a la fama alcanzó su punto álgido con el Oscar en 1995 por El rey león y de nuevo en 2022 por la banda sonora de Duna. Pero más allá de estos galardones, Zimmer es reconocido por más de 150 bandas sonoras para películas de todos los estilos y géneros. Es su versatilidad, como lo demuestra en el juguetón tema principal de La fuga (1993) de Tony Scott, o con la guitarra slide de Pete Haycock en Thelma y Louise (1991), o incluso con la inquietante voz de Lisa Gerrard en el popular soundtrack de Gladiador (2000), lo que lo ha hecho triunfar durante tanto tiempo. Nacido en 1957 en Fráncfort, Zimmer recibió algunas clases particulares de piano, pero en gran parte fue autodidacta. Las bandas sonoras de Ennio Morricone para las películas western de Sergio Leone lo inspiraron para convertirse en compositor cinematográfico. En los 80, el compositor cinematográfico Stanley Myers le enseñó a unir los mundos sonoros electrónico y orquestal. Desde entonces, ha escrito soundtracks orquestales con toques hollywoodenses, como el realizado para la serie Piratas del Caribe, pero también se deleitó creativamente con la banda sonora de El origen (2010) de Christopher Nolan, donde la canción de Édith Piaf “Non, je ne regrette rien” se ralentiza y reinventa con ingenio.