En sentido estricto, su colaboración se limita al exquisito pop oscuro de las canciones “Bonnie and Clyde” y la cabaretera “Comic Strip”, pero Serge Gainsbourg y Brigitte Bardot capturan aquí las dos caras del pop francés de la época: la despreocupación yé-yé que llegó con la invasión británica y un magnético fatalismo que hunde sus raíces en la chanson de posguerra. En menos de media hora viajamos del coqueteo efervescente de “Bubble Gum” al retrato del artista como bohemio disoluto de “Intoxicated Man”.