Bennett fue una leyenda viva en un tiempo en el que los cantantes llevaban una flor en el ojal de la chaqueta y el jazz negro salía de los suburbios para darse la mano con la canción melódica de los crooners norteamericanos. El resultado de ese encuentro fueron clásicos como "Fly Me to the Moon" o "Body and Soul". Los grandes temas de los 40 y 50 pasaron por su voz durante una carrera de más de 60 años con altibajos, que volvió recientemente a las primeras páginas gracias a colaboraciones como las que hizo con Lady Gaga o Amy Winehause.