Desde sus fulgurantes apariciones televisivas de 1959 como rebelde del rock and roll hasta sus colaboraciones con Battisti y Modugno, Mina refleja como pocos artistas la evolución de la canción italiana. Sus canciones, que a menudo giran alrededor de amores atormentados y combinan el pop italiano con elementos de jazz, blues y soul, eran declaraciones de independencia en una época en la que el papel de las mujeres en la música estaba todavía por definir. A pesar de que se retiró de los escenarios en 1978, nunca ha dejado de grabar discos y su figura sigue proyectando una sombra inabarcable.