Que alguien irrumpa en la escena musical con atuendos jasídicos, barba larga y rimas vertiginosas, podría sonar muy inusual y no para tomarse en serio. Pero Matthew Paul Miller hizo justo eso en 2004, y el resultado fue una explosión de ritmos y beatboxing que sacudió al dancehall reggae, rock, rap y al hip-hop. En sus temas habla del judaísmo, el ego y la sociedad, con un estilo aprendido de figuras como Bob Marley o Phish. En 2011, Matisyahu dejó atrás su apariencia conservadora, pero no así la genialidad que lo convirtió en el gran monarca de los ritmos urbanos y caribeños.