Björk es una de las artistas más innovadoras del pop: en su lenguaje confluyen la tecnología, los ritmos angulosos, el uso arriesgado de la voz y las construcciones armónicas geométricas, además de la excentricidad en el vestuario. Por eso, su influencia es tan dispar e inabarcable, ya que ocupa todo el espacio que va desde Lady Gaga a Micachu, con paradas en Goldfrapp o Radiohead.