Gordon Jenkins fue uno de los arreglistas más importantes en la carrera de Frank Sinatra. Ambos coincidieron en álbumes destacados de su disografía, como Where Are You? (1957), y convirtieron su colaboración en una garantía. Jenkins consiguió, entre otras cosas, darle a La Voz el tono justo de solemnidad y melancolía que requerían sus grabaciones de finales de los 50 y principios de los 60.