Se podría decir que Barenboim es un firme defensor del intercambio cultural, y no sólo por haber llevado la obra de Wagner a Israel o ser el cofundador de una orquesta que reúne a jóvenes talentos tanto de origen árabe como israelí. Su apertura de mente se extiende también al amplio rango de música que interpreta, que abarca de Carter a Schumann o de Mozart a Messiaen. Hábil director de ópera, algunos de sus hitos han sido la dirección de la Berlin State Opera, su presentación sobre el escenario del Met neoyorquino o sus grabaciones como solista bajo la dirección de su amigo Pierre Boulez.