Cuando un rapero de éxito quería demostrar que aún le unían lazos con el underground, ahí donde un artista hip-hop se juega el respeto y la reputación, lo habitual era llamar a Buckwild: el antiguo productor del colectivo D.I.T.C. siempre tenía una base dura, intensa y creíble para recuperar la confianza de la calle. 50 Cent, Jay Z, The Game y Big Punisher salieron satisfechos con la experiencia.