Es difícil imaginar un compositor más versátil que Blair Daly. Sobre el papel, el metal alternativo de Halestorm, el country de Tim McGraw y el pop adolescente de Backstreet Boys, tienen poco en común. Sin embargo, Daly no ve la música como una colección de compartimentos estancos, sino como un espacio abierto en el que la fuerza melódica de un buen estribillo siempre tiene cabida y el género es lo de menos.