Filarmónica de Viena

A diferencia de otras grandes orquestas, la Filarmónica de Viena nunca ha tenido un director principal al mando. Su ilustre sucesión de directores invitados, de Wilhelm Furtwängler y Bruno Walter a Clemens Krauss y Herbert von Karajan, no le ha impedido labrarse una fabulosa reputación mundial gracias a su paleta tonal y a su exigencia técnica y artística. Fundada en 1842, la orquesta fue desde el principio un organismo autónomo que se nutría de los músicos de la Ópera Estatal de Viena. En sus inicios, estrenó sinfonías de Brahms y Bruckner, demostrando siempre una inclinación especial por la tradición austrogermana. En 1939 celebró su primer concierto de Año Nuevo en Viena, un evento que hoy atrae una audiencia televisiva de millones de personas en todo el mundo. A pesar del debate de los últimos años en torno a su relación con el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial y su tardanza a la hora de decidirse a admitir mujeres (la primera fue una arpista en 1997), la Filarmónica de Viena sigue siendo un ejemplo de sofisticación y elegancia en la sala de conciertos y el estudio de grabación.