Recién salidos de unos Byrds a los que habían llevado de la psicodelia al country rock, Gram Parsons y Chris Hillman formaron The Flying Burrito Brothers para seguir el camino de lo que Parsons llamaba “música cósmica estadounidense”. Su debut es uno de esos discos en los que se escucha el sonido del cambio, de los músicos descubriendo un nuevo idioma. The Gilded Palace of Sin, además de definir lo que hoy llamamos country alternativo en casi toda su extensión, encierra algunas de las mejores canciones de Parsons, desde la oda al amor desesperado de “Hot Burrito #1” hasta la agridulce historia de juego y perdición de “Sin City”.