“Nunca he tenido miedo de decir la verdad a través de mi música”, confesaba Sam Smith (Londres, 1992) a Apple Music en 2020. Esa visión de la música como terapia y liberación ha impulsado a la estrella a ser una de las más emocionalmente transparentes del nuevo milenio. In The Lonely Hour (2014), un debut que llegó tras sus colaboraciones con Disclosure y Naughty Boy, es un tratado sobre las sombras del amor y está marcado por suntuosas bases soul y un falsete capaz de conjurar los sentimientos más íntimos. Grabado tres años después, The Thrill of It All, un viaje por la montaña rusa de la fama, suena todavía más confesional. Antes ya había subido al escenario del Dolby Theatre para recoger un Oscar por “Writing’s On The Wall”, parte de la banda sonora de Spectre 007. En Love Goes, las reflexiones melancólicas comparten espacio con expansivos himnos de afirmación personal. Su tercer álbum marca también el momento en el que Smith pone en primer plano su identidad queer y se deshace definitivamente de lo que definía como “homofobia internalizada” en su entrevista con Apple Music. La liberación definitiva llegó con Gloria (2022). “Es como una mariposa que sale de la crisálida”, nos decía de un álbum en el que el góspel (“Love Me More”) y las baladas desnudas (“How To Cry”) contrastan con algunos de los temas más bailables y luminosos de toda su carrera, entre ellos su catártico dúo con Kim Petras, “Unholy”.