Nacido en 1927 en el seno de una familia de músicos en Bakú (Azerbaiyán), Mstislav Rostropovich es considerado por muchos el mejor violonchelista del siglo XX. Su madre le enseñó a tocar el piano con apenas cuatro años, y su padre, un antiguo alumno de Pau Casals, lo introdujo en el violonchelo poco después. Debutó antes de matricularse en el Conservatorio de Moscú, donde contó con Shostakovich como profesor, y acabó dando clases allí en 1956, después de haber actuado en diversos países del Bloque del Este. Su carrera internacional, sin embargo, no despegó hasta 1963. Aunque dominaba un amplio repertorio que abarcaba desde el Barroco hasta las obras contemporáneas, Rostropovich trabajó mano a mano con compositores como Britten, Dutilleux, Lutosławski o Messiaen, quienes escribieron piezas para él. Tras chocar a menudo contra el régimen soviético por la falta de libertad de expresión, finalmente se vio obligado a huir de su tierra natal hacia Estados Unidos en 1974 y se instaló en Los Ángeles, donde dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington entre 1977 y 1994. Hasta su fallecimiento en 2007, continuó actuando y luchando por la libertad política y artística.