John Adams es quizás el compositor minimalista más influyente después de pioneros como Steve Reich y Philip Glass. Su trabajo combina conceptos minimalistas con composiciones del Romanticismo tardío, lo que deriva en obras marcadas por pulsos rítmicos insistentes y melodías cortas, siempre con un gran sentido sinfónico de la tonalidad y la armonía. Nacido en Worcester en 1947, hijo de una cantante y un clarinetista, Adams aprendió a tocar el clarinete de niño y a los 10 años ya componía. En Harvard estudió con neoclásicos como Roger Sessions y David Del Tredici, pero al poco tiempo sintió una enorme fascinación por John Cage y la música de vanguardia, lo que lo llevó a experimentar con la electrónica. A finales de los 70 se adentró en escenarios sinfónicos y en 1987 estrenó su primera ópera, Nixon in China, que marcó una especie de canon para sus obras operísticas modernistas y de gran carga política. A pesar de la controversia inicial, acabó obteniendo una enorme fama. Su segunda ópera, The Death of Klinghoffer, trata sobre el terrorismo palestino y fue aún más polémica. Por el contrario, su obra coral sobre el 11S On the Transmigration of Souls le valió el premio Pulitzer. Sin dejar de lado su querencia por las estructuras rompedoras, en los años siguientes seguiría creando oratorios y óperas inspiradas en hechos históricos.