Chris Martin, líder de Coldplay, comentó con sorna en una ocasión que los dos grandes retos de su vida eran seguir los pasos de Radiohead y los de Brad Pitt. En ambos casos había algo de verdad, pues el vocalista británico estuvo casado con la que fuera prometida del conocido actor, y Coldplay ha llegado a convertirse en una de las bandas más grandes del mundo que hunde sus raíces en el sonido de U2, Pink Floyd, The Beatles y, por supuesto, Radiohead. Formada en Londres en 1997, la banda debutó en el 2000 con Parachutes, un álbum que, aun sin la riqueza de arreglos de trabajos posteriores, ya definía las líneas maestras de un estilo que combinaba a la perfección intimidad y melancolía con la épica y la grandilocuencia del rock de estadio. Inquieto y audaz, el grupo ha ido ampliando su paleta sonora con trabajos tan experimentales y eclécticos como Viva La Vida or Death and All His Friends (2008), Mylo Xyloto (2011) o Everyday Life (2019), repletos de emocionantes himnos que funcionan tan bien sobre el escenario de un gran festival como en la serena soledad de un dormitorio.