Para quienquiera entender las complicaciones del amor y la confusión que a menudo las acompaña, las Canciones italianas de Hugo Wolf son un punto de partida formidable. Las 46 piezas que le dan forma, terminadas en 1896 y consideradas por casi todos como el más grande de los ciclos de Wolf, parten de poemas de amor italianos, anónimos, traducidos al alemán. Cada viñeta abre las puertas a un mundo en miniatura en historias marcadas por el anhelo, la seducción, el remordimiento o el rechazo. La música refleja el estado de ánimo de cada poema, a menudo conmovedor, a veces dubitativo y otras escandaloso (“Ich hab in Penna einen Liebsten wohnen”). Damrau y Kaufmann forman una sociedad perfecta con el pianista Helmut Deutsch y sus brillantes acompañamientos, para transmitir toda la belleza de estas históricas composiciones.