La Historia Sin Fin

La Historia Sin Fin

“Es un viaje por el sonido de la banda, del pasado al presente, y con un guiño hacia el futuro”, nos cuenta Víctor Valverde, guitarrista y tecladista de Porter, sobre el nuevo álbum del grupo. La descripción no podría ser más acertada. Desde los manifiestos futuristas de “Guirnalda” y “Roma” hasta la contagiosa exuberancia juvenil de “Sayonara” y “TX8”, La Historia Sin Fin tiene tanto de regreso a los orígenes como de expedición a lo desconocido. Casi tres años después de Las Batallas, estas nuevas canciones revelan el lado más festivo y luminoso de Porter. Su visión psicodélica es tan certera como siempre, pero esta vez la introspección deja espacio a un surrealismo que a veces es profundo y otras, irreverente. “La gente seguramente no lo percibe así, pero muchas rolas empezaron como chistes”, confiesa el guitarrista Fernando de la Huerta. Aunque La Historia Sin Fin no sigue un arco narrativo tan definido como el de Moctezuma (2015), el tiempo se convierte en el hilo que conecta a estos 10 temas de fascinante diversidad. Si “Sonámbulo” ofrece una visión distópica del presente, “Cachito de Galaxia”, que Ana Torroja eleva con su voz casi ingrávida, mira hacia el futuro. Y los aires folclóricos de “Ranchito” evocan un pasado que nunca desapareció del todo. “Son canciones que nos llevan a la alegría, la rebeldía y el gozo, a las emociones que no habíamos tocado durante un tiempo”, concluye Valverde. Aquí, los dos fundadores de Porter analizan el álbum, tema por tema. Cachito De Galaxia Fernando de la Huerta: “Desde el principio de Porter, Mecano ha sido una influencia tanto en la producción de canciones como temática de letras. De repente pueden ser cómicos o trágicos en cómo narran sus historias. Vocalmente, también hay una influencia. Siempre tuvimos la idea, o imaginamos, una colaboración con Mecano o Ana Torroja. Antes de empezar a trabajar en el disco nos fuimos a un pueblo cerca del lago de Chapala con el Orco (productor de sus primeros proyectos) y todos los instrumentos, para sacar ideas. Este tema y ‘Sonámbulo’ salen de ese viaje. Ambos empezaron a abrirnos el panorama de un sonido más fantasioso, con una narrativa que aterrizaba bien en la situación de la pandemia”. Guirnalda Víctor Valverde: “Habla de reconocer y abrazar a la persona rara que somos, pero desde un escenario futurista y medio andrógino. La canción no te dice muy bien qué es este ser, pero te hace saber que es un ente distinto, diferente a los demás y que está reconociéndose y aceptándose así como es. Hay algunas frases escondidas detrás del coro, grabadas con un vocoder, que hablan de temas como el transgénero, los colores de piel y los estilos de vida de distintas personas. La rola tiene groove, pero también un elemento de ciencia ficción que apunta al futuro de Porter, sobre todo en los coros y la parte que dice ‘arráncame la piel’”. Ranchito Fernando: “Nació de la idea de un personaje que llega a la ciudad y siente que no es lo que estaba buscando. Cuando se baja del camión camina y ve la basura, los colores sucios. Cierra los ojos y se acuerda de su rancho, donde se formó, y siente la nostalgia de querer regresar ahí. Esta migración a las ciudades no siempre es exitosa. Es una oda a la pureza de los pueblos, que tienen una magia muy interesante. Los pueblos mexicanos y latinoamericanos son únicos. Vas a uno y te emocionas viendo lo que están vendiendo, lo que comen, todo lo que hace la gente, sus rituales de fin de semana… La canción es teatral y tiene una intención muy dramática”. Roma Víctor: “Es un tema en el que David le puso mucho énfasis a la escritura. Como ‘Ranchito’ o ‘Cachito De Galaxia’, te transporta a otro mundo. Es una retrospectiva a través del tiempo. ‘Roma’ habla del origen de la humanidad. En algún momento platicábamos que muchas de estas canciones son como mandar una cápsula a otra galaxia con un manifiesto de lo que ha sido la humanidad para que lo descubran otras civilizaciones. Algunas rolas del disco tienen descripciones de momentos en la historia. La llamamos ‘Roma’ pensando en el comienzo de la gran civilización clásica. A nivel lírico, es uno de los temas centrales del álbum”. Sonámbulo Fernando: “Con Porter, la primera canción que trabajamos para un disco es la primera que sale. Es el inicio de la carrera. Sentíamos que era la indicada para arrancar este proceso, medio oscura y con un tinte que se mezclaba muy bien con la pandemia, el encierro y la separación. Quedó como anillo al dedo con ese momento”. La Sombra Del Amor Víctor: “Es como un respiro a la mitad del disco. No tiene ni la intensidad de las canciones que están al final, ni la intensidad del inicio. ¿Dónde ponemos esta rola melosa y profunda? Es curioso, porque habla de la muerte, pero no como hablábamos en Las Batallas, sino de la conexión con un ser que está más allá, en otro plano. Pensábamos en una baladita muy al estilo Cocteau Twins, atrapada en esa melancolía súper ochentera. Si íbamos a hacer una balada clásica en el álbum, debía tener algo diferente, esa textura sonora que me recuerda a la melancolía de las películas de los 80”. Sol@ Fernando: “La letra refleja un momento que se acomoda muy bien al que estamos viviendo muchas personas, a esta separación. El instante en que te das cuenta de que estás solo y piensas en qué pasará después. Es como una palmadita en la espalda y un ‘síguele pa’delante’. El tinte musical es más festivo, incitando a la alegría y a continuar avanzando”. Mamita Santa Víctor: “Viene a reforzar la idea de la festividad que se busca en este disco. David la llamaba ‘una cumbia temazcalera para cachondear’ o algo así. Pero también tiene un lado espiritual. El álbum es una exploración sonora donde de repente Porter se para y dice: ‘Vamos a explorar los sonidos de nuestra historia y también algunos nuevos para ver a dónde se nos antoja ir después’. Creo que ‘Mamita Santa’ apunta mucho hacia el rollo Moctezuma sin necesariamente caer en el tema prehispánico. No queremos poner límites sobre qué estilo hacemos. Vamos a crear las canciones que se nos antojan y, tras probar esta mezcla de sabores, veremos qué sigue en el futuro. Es un disco donde no hubo tantas reglas y el concepto se estaba rompiendo. Toca todos los sonidos de Porter y es un punto de partida para saber hacia dónde irán los próximos”. Sayonara Víctor: “Es una rola que trajo Fer y tiene ese jugueteo más de la época de Donde los Ponys Pastan (2004) y Atemahawke (2007), cuando no era todo tan serio ni hiperprofundo. Era inocente, experimental y sin reglas. Todo eso está en las dos últimas canciones”. Fernando: “Conforme vas sacando discos y ganando experiencia, te vuelves más serio y vas dejando esa inocencia y ese factor de que te valga lo que digan los demás. Te llenas de presiones y llega un momento en el que cada quien se va poniendo un casco de ideas que no es necesario. Esta canción es un ejercicio de hacer rolas que sean ruido y tengan una intención guitarrística, para un nicho de gente, y no clavarte tanto en que si esa es la fórmula, o si quieres que la voz te ponga triste o alegre”. TX8 Víctor: “Este es un adiós a los viejos vicios. En Moctezuma empezamos a contar cuentos de un tema en particular y en Las Batallas queríamos tratar las emociones. Aquí igual hablamos de emociones, pero también de otro montón de cosas. Es una canción juguetona, honesta y sin filtro. Todas las canciones son encriptaciones de experiencias de vida, aprendizajes e intereses, pero lo que me gusta de esta es su irreverencia y rebeldía. Este par de temas finales cierran el disco de una forma menos seria, que no busca intelectualizar ni dar una justificación final. Es arte y el arte no tiene por qué tener una explicación”.

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