Hank Locklin, que comenzó su carrera en el áspero circuito de los honky-tonks a finales de los años 30, fue una de las figuras decisivas en el desarrollo del sonido Nashville, una versión sofisticada y urbana del country rural. Esta recopilación recoge sus éxitos entre 1956 y 1968. La primera mitad son baladas de bar y correosos honky-tonks que evocan el espíritu de Hank Williams con polvorienta autenticidad. La segunda está dominada por las canciones que lo establecieron como una de las estrellas de la nueva aristocracia de Nashville.