Es fácil entender las razones de Kylie Minogue para mantenerse en el camino que abrió Tension. A fin de cuestas, el decimosexto álbum de la diva capturó el espíritu de 2023 y puso banda sonora a su verano con el improbable éxito viral de “Padam Padam”. Un año después, esta secuela celebra una de las cimas de su carrera y sirve de aperitivo para la gira mundial que dará comienzo en 2025. Tension II habita el mismo mundo que su predecesor, pero su atmósfera evoca la penumbra de un club hacia el final de la noche. La tensión sexual, sin embargo, se mantiene intacta. A lo largo del álbum, Kylie pasa de la energía eléctrica y los guiños a ABBA de “Taboo” a la emoción desatada de “Kiss Bang Bang”. A las 4 de la mañana, se acerca a la puerta de una casa para saludar con un efusivo “Hello”, incapaz de alejarse. Si Tension capturaba a una Kylie que era puro aplomo, la de su continuación se siente absolutamente liberada cuando en “Good as Gone” arrastra a un ex a la pista de baile con la frase “Who would think that losing you would be so much fun?” (¿Quién hubiera pensado que perderte sería tan divertido?). “Do you have someone for me?/To be the one/To turn me on/That’s what I need” (¿Tienes a alguien para mí?/Alguien que/Me caliente/Eso es lo que necesito), exige en “Someone For Me”, un momento tan evocador que casi podemos verla escondida en una esquina del club esperando a que su deseo se haga realidad. Después de nueve canciones, finalmente rebaja la tensión con “Shoulda Left Ya”, una casi balada en la que se da cuenta de que las cosas han dejado de ser puramente casuales con alguien que ha conocido en la pista de baile. Aun así, tiene otras cosas que hacer. Por ejemplo, traer a nuevos invitados al universo de Tension, entre ellos The Blessed Madonna, Orville Peck y Sia, con los que ya mezcló géneros y estilos en sus colaboraciones de 2024. Su presencia confirma que, casi cuatro décadas después de su debut, no hay nada fuera de alcance de esta princesa del pop.