Después del horrible ataque sufrido durante su concierto en Mánchester, la cantante responde al mundo con Sweetener, un trabajo precioso y exuberante en el que honra al amor, la feminidad, la esperanza y el cariño. “Quería dar un abrazo a la gente, con música”, contaba Grande, que ha puesto toda su alma en este álbum. Pharrell Williams, productor de la mitad del disco, se refería a algunas de las canciones como “nubes del color del arco iris” y es que todo aquí parece brotar con naturalidad y valentía. Grande se tatuó una abeja en honor a la ciudad de Mánchester y con este disco ha demostrado que el arte puede calmar las heridas y transformar la desgracia en esperanza.