El cantante venezolano Samuel Mariño se ha hecho famoso por su prodigiosa extensión vocal, comparable a la de una soprano y muy superior a la del contratenor moderno. Junto a las arias de soprano y los papeles “con calzones” (escritos para sopranos que interpretan personajes masculinos), Mariño canta arias originalmente compuestas para castrati. Estas últimas son toda una revelación, ya que papeles como el Aminta de Il re pastore de Mozart y el Orfeo de Gluck han sido territorio exclusivo de sopranos femeninas desde que se prohibió la castración hace más de 150 años. La técnica de Mariño, al que en su momento apadrinó la gran soprano Barbara Bonney, está a la altura de una voz que es oro puro. El aria final de Cimarosa, grabada aquí por primera vez, quizás sea el mejor escaparate para su impecable control vocal, acrobacias estratosféricas y exquisito equilibrio dramático.