Con los 70 cumplidos hace tiempo, Ozzy Osbourne es el más improbable de los supervivientes del metal. Tras décadas de vida al límite, compañeros que cayeron por el camino y problemas de salud, el Príncipe de las Tinieblas estrena su álbum decimotercero dos años después del exitoso Ordinary Man. Patient Number 9, producido de nuevo por el multinstrumentista Andrew Watt, vuelve a reunir a una deslumbrante lista de estrellas invitadas. Duff McKagan de Guns N’ Roses y Chad Smith de Red Hot Chili Peppers repiten en una sección rítmica a la que se suman el bajista de Metallica (y antes de la banda de Ozzy) Robert Trujillo y el añorado Taylor Hawkins de Foo Fighters en una de sus últimas sesiones de grabación. La personalidad diversa y atemporal del álbum se reafirma con la presencia de los guitarristas Jeff Beck, Eric Clapton o Mike McCready (Pearl Jam) junto a dos viejos amigos de Ozzy, Zakk Wylde y el legendario Tony Iommi. La huella sonora de cada uno de ellos es inconfundible en Patient Number 9. “Eric Clapton y Jeff Beck son megaestrellas”, dice Ozzy a Apple Music. “No pensé que quisieran tocar en mi álbum, pero los dos me dijeron que sí”. Las cuidadas diferencias musicales entre los singles “Degradation Rules” (con Iommi), “Nothing Feels Right” (con Wylde) y el tema que da título al álbum (con Jeff Beck) son los puntos cardinales de uno de los trabajos más variados de Ozzy. “Llevo 54 años en esto”, dice. “Si ahora no supiera lo que hago, no debería estar haciéndolo”.