It Was Good Until It Wasn't

It Was Good Until It Wasn't

“El álbum fue en realidad muchos otros antes de llegar a convertirse en este”, le cuenta Kehlani a Apple Music acerca de It Was Good Until It Wasn’t. Un segundo trabajo de estudio que, muy apropiadamente, llega en un momento marcado por la incertidumbre, cuando muchos están haciendo acopio de cosas a las que normalmente no solían dar importancia y otros tantos anhelan una cercanía que el distanciamiento, tanto físico como emocional, impide tener. Lo resume acertadamente en los primeros segundos de “Toxic”, el sutil corte inicial del disco. “Me vuelvo responsable cuando estoy sola”, canta. Un recurrente tema central no tarda en aparecer: la eterna guerra entre la necesidad y el deseo, entre lo sentimental y lo carnal. Canciones como la vistosamente tramposa “Can I” o la seductora “Water” arden con un apetito sexual disfrazado de control y confianza. Kehlani los compensa con canciones como “Hate The Club”, cubierta de oro por las líneas del saxo de Masego, el tira y afloja entre deseo y orgullo de “Can You Blame Me” y el retrato de la inseguridad que implica la desnudez emocional en “Open (Passsionate)”. En conjunto, todas ellas revelan, tal y como proclama en “F&MU”, cuán fácilmente “un ‘Te odio’ se convierte en un ‘Te quiero’ en el dormitorio”. Sin embargo, la imagen completa no es en absoluto tan clara y sencilla. El verdadero hito de este álbum es la forma en la que describe cómo somos muchas cosas al mismo tiempo, a menudo contradictorias, pero siempre sinceras. La interpretación que Kehlani hace de lo personal como algo universal puede sonar un tanto rutinaria, pero se convierte en algo realmente trascendente cuando profundiza sin rubor alguno en sus propias experiencias. “Tengo una especie de relación que me ha puesto en la tesitura de asimilar un poco lo que pasó con mis padres”, asegura esta cantante oriunda de Oakland, aclarando a continuación que su padre falleció “debido a algo relacionado con una banda” cuando ella aún era una niña. “Empecé a profundizar en todo aquello a través de la música que estaba componiendo y grabando”. Ese vínculo sale a la luz con claridad en “Bad News”, una de las interpretaciones más conmovedoras del álbum, en la que le ruega a su pareja que la elija a ella y renuncie a una forma de vida que amenaza con hacer trizas su relación. Kehlani siempre se ha mostrado como una mujer dura en los momentos en los que es vulnerable, convirtiendo en parte esencial de su música la forma en la que permite que aquello que la hace débil la acabe haciendo más fuerte. It Was Good Until It Wasn't llega en mayo de 2020, momento en el que mucha gente debe estar en casa y mantener distancias, pero su música puede convertirse en un vehículo con el que viajar a otro lugar, aunque ese espacio esté en el interior de nuestra propia cabeza. Con este álbum, Kehlani plasma astutamente las complejidades de la conexión en unos tiempos marcados por el aislamiento, todo un obstáculo no solo para las relaciones, sino también para la productividad. “Lo más importante de esta cuarentena es que me he dejado impresionada a mí misma”, confiesa. “Pase lo que pase con este álbum, va a ser sin duda mi proyecto favorito entre todos los que haya realizado”.

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