Isles

Isles

En su ecléctico e inagotable segundo álbum, Bicep parte de una cuestión que a menudo se circunscribe al jazz y la música improvisada: ¿qué ocurre cuando, en lugar de ser inmutables y permanentes, las canciones evolucionan y se transforman? Inspirados por su primera gira global (dos años que aprovecharon para reinventar su música entre conciertos y festivales), los británicos dejaron atrás la idea de las canciones como entes inmutables. “La música de club tiene que llevarte afuera”, dice Matt McBriar a Apple Music, “y la música que escuchas en los cascos tiene que llevarte hacia dentro. En la mayoría de los casos, terminamos con seis versiones distintas de cada canción. Al final, decidimos que no teníamos por qué elegir una”. Bajo esta premisa, las versiones que aparecen en Isles son simples puntos de partida, las mejores versiones para cascos de los temas (sin duda, escucharemos otras más orientadas a la pista de baile cuando Bicep las lleve a la atmósfera de los clubes). “En el álbum no hay house ni techno en estado puro, esas versiones llegarán más adelante”, explica Andy Ferguson. “Queríamos explorar los límites de la música para escuchar en casa. En lugar de intentar hacer las dos cosas al mismo tiempo, decidimos dedicarnos a cada una por separado”. La idea encerraba un interesante desafío: para que las canciones fueran maleables y reconocibles al mismo tiempo, necesitaban cimientos sólidos. “No podían depender de una sola composición, sino que tenían que funcionar en distintos formatos”, dice McBriar. “Teníamos que conseguir que su ADN fuera reconocible”. Aquí, el dúo (que se confiesa obsesionado por las máquinas y la tecnología), nos lleva por el proceso creativo de cada canción. Atlas McBriar: “Fue la primera canción que terminamos al volver de la gira. Intentamos capturar las sensaciones del punto álgido de los conciertos, ese optimismo y esa euforia que se sentía en la sala. Marcó el tono del resto del álbum en lo que respecta a nuestro proceso. Aunque en un principio grabamos distintas melodías, la versión final llegó unos meses después cuando la grabamos en una sola tarde en nuestro equipo modular. Este era el riff más potente”. Cazenove Ferguson: “Esta era otra de las maquetas que teníamos y nació de nuestra obsesión por la tecnología de los 90, esos controladores MPC que usaban Timbaland y Dilla. Son equipos viejos que no producen sonidos inmediatamente nítidos ni beats perfectos, pero ahí está su encanto. Son imprecisos y borrosos. Experimentamos con un montón de samplers lo-fi y bitcrushers de los 90 con la idea de crear un ritmo metiendo un patch de eco al revés a través de nuestro MPC en el Lexicon PCM96. A partir de ahí fuimos añadiendo capas una sobre otra. Queríamos algo rápido y animado, pero pensando mucho menos en la pista de baile”. Apricots McBriar: “Empezó como un tema ambient y las cuerdas ya llevaban un año en el disco duro cuando se nos ocurrió meter voces. Un día pillamos un disco alucinante que se llama Beating Heart - Malawi y acababa de salir. Las voces y los polirritmos de ‘Gebede-Gebede Ulendo Wasabwera’ nos cautivaron por completo. Mezclamos algunos fragmentos con las cuerdas que teníamos antes de desarrollar el resto de la canción a su alrededor. El segundo sample viene de Le Mystere Des Voix Bulgares, un disco de folk búlgaro de 1975. Conectamos con el aire misterioso de los cantos y sentimos que había similitudes con el folk celta que crecimos escuchando”. Saku (feat. Clara La San) McBriar: “La empezamos como un tema inspirado en la música footwork, con una melodía de hang. Habíamos estado explorando polirritmos y programaciones de percusión más sofisticadas, pero cuando bajamos el ritmo de 150 a 130 bpm, el rollo que tenía cambió por completo. Experimentamos con distintos samples vocales, entre ellos ‘Gebede-Gebede Ulendo Wasabwera’ antes de que terminase en ‘Apricots’, pero acabamos enviando una versión más desnuda a Clara La San, que le dio un rollo muy del UK garage y el R&B de los 90. Añadimos unos sintetizadores inquietantes al final para crear un poco de contraste entre los elementos más luminosos y los más oscuros. Fue genial poder mezclar tantas influencias en una sola canción”. Lido Ferguson: “Este tema nació de uno de nuestros muchos experimentos con la síntesis granular. Grabamos una sola nota de piano de un catálogo de samples de los años 70 y la pasamos por unos de nuestros sampleadores granulares. Cuando experimentamos grabándola en directo, los fallos y los saltos del sintetizador le dieron su propia textura y personalidad. Era una cosa muy desorganizada y difícil de controlar, pero nos encantó el desorden que generaba. A pesar de que suena muy simple, hay un montón de capas. Al mezclarlo, tuvimos que trabajar a fondo para mantener el equilibrio entre la atmósfera relajante y un caos sutil”. X (feat. Clara La San) McBriar: “Es una canción que creamos a partir de nuestro Psycox Syncussion SY-1M. Llevábamos años buscando un Pearl original. Tiene un montón de sonidos metálicos que son muy difíciles de controlar y por eso necesitas usarlo como base del tema. La mayoría de las canciones del álbum empezaron en el piano, pero esta es de las pocas que no. La melodía frenética del sintetizador la improvisamos una tarde con el Andromeda A6. Está grabada en una sola toma con un patch muy customizado y editado que nunca hemos conseguido replicar. Fue uno de esos momentos en los que le das al botón de grabar y todo sale bien”. Rever (feat. Julia Kent) Ferguson: “La empezamos en Bali en 2016. Estábamos de gira y teníamos acceso a un estudio lleno de instrumentos locales. Nada más verlos, supimos que queríamos usarlos. Grabamos sesiones largas tocándolos en directo, pero no las utilizamos en ninguna de las versiones finales. Años después, estábamos trabajando con Julia Kent, que había grabado las cuerdas para una maqueta que no terminaba de funcionar. Probó con algunos de los instrumentales de Bali y el sonido era totalmente único. La voz entrecortada la añadimos al final, editada y afinada casi como si fuera una melodía”. Sundial McBriar: “‘Sundial’ es uno de los temas más simples del álbum y surgió de un arpegiador Jupiter 6 que no funcionaba bien. Había un problema con nuestro trigger y el arpegiador se saltaba notas al azar. Lo que suena es un pequeño fragmento de una grabación de Andy trasteando con el arpegiador mientras intentábamos averiguar qué estaba fallando. Nos encantó lo que salió y lo usamos de base para escribir los acordes dejándonos llevar por las sensaciones que producía”. Fir Ferguson: “Tenemos debilidad por los sintetizadores de voces corales y este tema salió de uno de esos experimentos. Es una de las canciones más rápidas que hemos hecho y salió durante los días que pasamos en el estudio probando cosas nuevas, sin dirección clara ni ideas preconcebidas, solo dejándonos llevar por la intuición”. Hawk (feat. machina) Ferguson: “La melodía de ‘Hawk’ son nuestras voces mapeadas y afinadas a través de un sampleador granular. Experimentamos mucho con los cambios de afinación en el disco para dar un toque único a las voces y las melodías. Tenemos un sintetizador japonés bastante raro, el Kawai SX-240, que crea unos ruidos extrañísimos. Las voces de Machina vienen de otra maqueta con la que estábamos teniendo problemas y terminaron encajando a la perfección”.

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