Cuando The Killers comenzó a trabajar en su sexto álbum, Brandon Flowers tenía una única visión en la cabeza: la ilustración de Thomas Blackshear Dance of the Wind and Storm terminaría convirtiéndose en la portada. “Queríamos asegurarnos de que las canciones encajaran con lo que dice la imagen”, explica Flowers a Apple Music sobre el cuadro que colgó en la pared del estudio. “Blackshear normalmente hace paisajes del Oeste o arte espiritual, pero en esta obra combinó las dos cosas y eso era exactamente lo que yo quería que capturase. Los temas que no adaptaban se tuvieron que quedar fuera. Nunca habíamos hecho algo así, pero terminó convirtiéndose en nuestro faro”. Tal y como Flowers pretendía, Imploding the Mirage evoca la enormidad y la majestad natural del Oeste estadounidense, como si The E Street Band estuviera tocando en Monument Valley. El alma del disco está habitada por una serie de relatos de amor y salvación que, vestidos con sintetizadores y con ecos de Springsteen, se inspiran en el reciente traslado de Flowers de Las Vegas a Utah y las consecuencias de la mudanza en la salud mental de su mujer. “Las Vegas es un lugar turbio y embrujado”, dice. “Irse fue como hacer borrón y cuenta nueva”. En el primer álbum de la banda sin Dave Keuning, su guitarrista de siempre, hay espacio para colaboradores como k.d. lang, Weyes Blood, Adam Granduciel de The War on Drugs, Jonathan Rado de Foxygen y Lindsey Buckingham. También conecta con la grandeza desinhibida de Wonderful Wonderful (2017). “Me interesa mucho el lado optimista de las cosas”, dice Flowers. “Me educaron para tener ese punto de vista y creo que es algo que se escucha en las canciones. Suenan triunfantes, como si tuvieran ángeles a su alrededor”. Aquí, el artista nos guía por algunas de sus temas clave. My Own Soul’s Warning “Es extraño escribir una canción sobre el arrepentimiento. No es un tema habitual en el pop o en el rock. Quería atreverme a entrar en ese terreno y escribir algo que tuviera sentido para mí, pero que también fuera trascendente y conectara con la gente en un estadio o escuchándola en los cascos. Esta canción es para mí algo así como el Santo Grial”. Blowback “Shawn Everett, el productor del disco, está trabajando en el álbum nuevo de The War on Drugs, y produjo también el anterior. Creo que Adam Granduciel y yo compartimos muchas referencias musicales. Los dos nos guiamos por nuestras propias experiencias, habitualmente alrededor de Las Vegas. Simplemente surgió de manera natural”. Dying Breed “Shawn es un mago en el estudio, una especie de científico loco que incorpora cosas a las canciones que ni te habrías imaginado en absoluto. Este ya era un buen tema, pero Shawn se metió en el estudio B y salió entusiasmado una hora después para que escucháramos ese loop de Can y Neu! que había puesto por encima. Lo pillamos al momento. Fue un poco frustrante usar un loop que no fuese nuestro, pero lo aceptamos y nos dieron permiso. Cuando Ronnie Vannucci y el resto de la banda entran en mitad de la canción, la llevamos a otro nivel. Ahora me encanta”. Caution “A veces hablan. Eso es lo que dicen de los grandes solos de guitarra, cuando llegas a poder tararearlos. Y Lindsey nos dio eso a lo bestia. Me encanta que se pueda memorizar el solo y cantarlo”. Imploding the Mirage “En ‘Solsbury Hill’ (1977), Peter Gabriel habla de salir del engranaje y pienso que en realidad se refiere a Genesis. Esta canción es un poco así. Es como escapar del peso de estar en The Killers y lo que se espera de ti para hacer simplemente lo que te gusta. Es una parte inmensa de toda la historia, sin duda. No puedo fingir que todo es maravilloso y va sobre ruedas cuando no es así. Las imágenes que uso vienen de Las Vegas, la idea de las implosiones y también hay un casino que se llama The Mirage, de poner una fachada frente a ti y lo agobiante que puede llegar a ser. Derribarla y sustituirla por algo real es un alivio tremendo y algo a lo que todos deberíamos aspirar”.