Hope surge directamente de la experiencia de Daniel Hope durante el confinamiento. El violinista trabajó sin descanso para que la música no dejara de sonar en aquellos meses largos y oscuros. Su espíritu de colaborador nato, incluso entre los miembros de su propia Orquesta de Cámara de Zúrich, donde es uno más, lo ha llevado a compartir el estudio con muchos de sus amigos músicos. Hope captura música de luminoso optimismo recorriendo un arco que va del renacentista John Dowland al estreno grabado de “Byblos, the Old City” del compositor franco-libanés Bechara El Khoury. Aunque quizás nada refleje mejor la esperanza a la que alude el título como su gloriosa versión de la Misa Criolla de Ariel Ramírez, una obra que Hope adora desde la adolescencia.