Cracker Island

Cracker Island

Como cuartel general de un productor y compositor premiado con varios Grammy por su trabajo con Adele, Beck o Foo Fighters, el estudio de Greg Kurstin en Los Ángeles no decepciona. “Es un museo de sintetizadores de los 80 y de instrumentos raros”, explica Kurstin a Apple Music. “Todo está enchufado y listo para grabar”. Damon Albarn, que andaba buscando productor para el octavo álbum de Gorillaz, se dio cuenta nada más entrar. Cansado y con dudas sobre la idea de reclutar un productor “pop”, Albarn empezó a examinar el equipo con calma, se sentó al piano y tocó algunas melodías sobre el acompañamiento de mellotron de Kurstin. La escena era la de dos músicos en busca de una entente creativa. Dos o tres horas después, Kurstin se sentía satisfecho, pero la mánager de Albarn no podía ocultar su preocupación. “Me dijo: ‘A Damon le gusta estar por ahí flotando. No te va a decir lo que tienes que hacer, deberías empezar a grabar sin más’”, recuerda Kurstin. “Con eso, sentí que tenía permiso para empezar”. Entonces abrió una pista para grabar y añadió la batería mientras Albarn trabajaba en una capa de sintetizadores. Antes de que terminara el día, ya tenían “Silent Running”. “Damon estaba lleno de energía y muy emocionado con cómo había evolucionado la canción desde la maqueta. Y yo también estaba encantado. Me dio un abrazo y eso fue todo. Ya estábamos en marcha”. Guiado por su mutua admiración por The Clash, The Specials, De La Soul y el synthpop de los 80, el dúo trabajó durante once días a comienzos de 2022 para terminar un álbum que tenía como punto de partida las maquetas del iPad de Albarn (con la única excepción de “Tormenta”, la colaboración con Bad Bunny que ya había grabado Remi Kabaka Jr., productor de cabecera de Gorillaz). La idea era buscar la espontaneidad sin mayores planes ni debates, un enfoque evidente en la fusión dance y funk de “Cracker Island” (con Thundercat) al synthpop nostálgico de “Oil” (con Stevie Nicks) y las ráfagas de folk, electro y punk que recorren “Skinny Ape”. Como ocurre a menudo con la mejor música de Albarn, la base es una melancolía hipnótica. “Tengo tendencia a lo melancólico, incluso en las canciones más divertidas”, admite Kurstin. “Las ideas de Damon también van por ahí. Cuando escuché a Gorillaz por primera vez, sentí que conectaban conmigo y con toda la música que me gusta. Es lo que uno busca: conectar con los suyos”. Aquí, Kurstin nos lleva por algunas de las canciones que grabaron juntos. Cracker Island (feat. Thundercat) “Thundercat le dio un sabor muy divertido al álbum con un tema dance bastante rápido y salvaje. Yo acababa de trabajar con él y nos habíamos hecho amigos. En cuanto le mandé el mensaje, me dijo que se apuntaba. Lo pasé muy bien viéndolo trabajar y escuchar cómo escribía sus líneas melódicas. Cantó buena parte de Damon y después le dio su propio estilo y armonías diferentes. Verlo tocar siempre es un espectáculo, es un bajista absolutamente increíble”. Oil (feat. Stevie Nicks) “El contraste de escuchar la voz de Stevie en un tema de Gorillaz es alucinante. Creo que la idea fue de mi mujer, que también es mi mánager. Hablamos con Damon de qué gente conocíamos que pudiéramos sumar al proyecto. Yo había trabajado con Stevie y nos habíamos hecho muy amigos. A Damon le ilusionó mucho, no pensaba que pudiera ser una opción. Y creo que a Stevie también le emocionó mucho la idea. Le gustó mucho la letra y se lo tomó muy en serio, quería hacerlo lo mejor posible. Stevie es genial, siempre está escuchando música nueva y se entera de todo lo que pasa. Es una mujer brillante. Le tengo mucho cariño”. Silent Running (feat. Adeleye Omotayo) “Para mí, ’Silent Running’ marcó el norte del proyecto, puede que para Damon también. Fue la canción con la que empezó todo el proceso, una medida de nuestras posibilidades y un listón que superar. Creo que la terminamos en dos o tres horas. Fue muy divertido, como un torbellino de lanzar cosas contra la pared para ver qué pasaba, grabando y mezclando a la vez. Al final del día, ya sonaba igual al tema que lo que terminó en el álbum”. New Gold (feat. Bootie Brown & Tame Impala) “Kevin Parker es un fenómeno. Me apetecía mucho hacer algo con él. Damon y Kevin habían empezado la canción y estaban un poco atascados, sobre todo porque era un tempo era raro, una especie de 6/4, un ritmo bastante sinuoso. La habían dejado de lado y tenía pinta de que no iba a llegar a ninguna parte. Lo que hacía falta era que Damon se metiera de lleno en el tema y recuperara el entusiasmo. Supongo que le gustaba cómo había empezado, pero le agobiaba la idea de terminarlo. Entonces se me ocurrió la idea de darle una estructura de canción muy clara. A partir de ahí, las cosas empezaron a rodar. Damon la escuchó, la trabajó un poco y simplificó el tempo”. Baby Queen “Solo a Damon se le podía haber ocurrido un concepto tan insólito para una canción. En 1997, Albarn conoció tras un concierto de Blur en Bangkok a una princesa de la Casa Real tailandesa que surfeaba sobre la multitud. Cuando estaba escribiendo las canciones Cracker Island, soñó que se reencontraba con ella en el presente. La maqueta me pareció brillante. Como productor, quería darle una atmósfera onírica y flotante, como si fuera la banda sonora de aquel sueño”. Skinny Ape “Hay un elemento de locura en ‘Skinny Ape’ y en cómo la hicimos. Me sentía al borde del precipicio, como si no tuviera el control. No sabía qué estaba pasando ni cómo iba a evolucionar. Fue una sucesión de accidentes afortunados, metimos los sonidos más estrambóticos que te puedas imaginar, quitamos otras partes y nos encontramos con unas texturas alucinantes. Lo pasé muy bien tocando la batería en esa parte punk a doble tiempo, y creo que Damon también disfrutó viéndome. Me gusta esa sensación de descontrol al trabajar, porque es algo impredecible y me lleva a cosas que nunca hubiera imaginado”. Possession Island (feat. Beck) “Siento que doy lo mejor de mí cuando trabajo con Beck, y lo mismo me pasa con Damon. Son artistas que me inspiran con su presencia y con la obra que han grabado, siempre buscando en rincones sonoros profundos y oscuros que nunca se me habrían ocurrido. ¿Qué puedo hacer que sea distinto a lo que hago con otra gente? Cuando te dedicas a la música es fácil caer en terrenos fáciles y conocidos. Trabajar con Damon despertó una parte creativa de mi cerebro que estaba un poco dormida. Necesito colaborar con personas así para seguir avanzando. Damon había estado tocando esa melodía de piano cada vez que se sentaba en los conciertos (durante la gira The Nearer the Fountain, More Pure the Stream Flows). Empecé a acompañarlo con una guitarra de cuerdas de nailon y de repente asomó una influencia flamenca y hasta un poco de mariachi en el sonido de trompeta que toca el mellotron. Me encanta escuchar a Damon y Beck cantando y trabajando juntos así, con esas armonías como de los Walker Brothers”.

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