La educación musical de Leontyne Price comenzó a los 5 años en la iglesia metodista de Misisipí. Al separarse de los géneros atribuídos a las comunidades afroamericanas, la cantante continuó su camino por el sendero de la música clásica al ingresar a Juilliard años más tarde, donde refinaría su voz al grado que en 1957 debutaría en la Ópera de San Francisco. Desde entonces, su repertorio se engalana con obras como “Carmen”, “Tosca” y “La traviata”, que le otorgan la distinción de ser la primer mujer afroamericana en alcanzar la fama internacional como cantante profesional de ópera.