James Blake es un personaje atípico: su música es una extraña mezcla de folk emotivo, dubstep y hip-hop de vanguardia. No es extraño entonces que, al repasar a sus principales influencias, encontremos música tan hermosa como la de Joni Mitchell y William Basinski, tan rítmica como la de Burial o tan experimental como la de Aphex Twin. Hay algo que Blake comparte con todos: su elegancia y sutileza.