Luis Miguel tenía solamente 17 años cuando editó este, su quinto álbum de estudio, en el verano de 1987. Al revisitarlo con la perspectiva de todos los éxitos que llegarían posteriormente, llama la atención no sólo la frescura y los códigos pop con los que se maneja en este disco, sino también la extraordinaria producción de Juan Carlos Calderón. De una manera sutil, Soy Como Quiero Ser funciona casi como un disco conceptual: un viaje sentimental por el pop cosmopolita de los 80 mediante una habilidosa combinación de temas originales con covers de éxitos legendarios. Curiosamente, LuisMi revive dos himnos del pop sesentero en Inglaterra, conocidos hasta entonces por la voz de la inmortal Dusty Springfield: “Ahora Te Puedes Marchar”, el éxito monumental de este álbum, replica a la perfección el coro pegajoso y desenfadado de “I Only Want To Be With You”. Apoyado en baterías electrónicas y una línea de bajo llena de personalidad, “Yo Que No Vivo Sin Ti” fue el éxito más grande de Dusty, la adaptación de una canción italiana que el gran Pino Donaggio editó en 1965. Lejos de dejarse intimidar por el linaje de estas reliquias, Luis Miguel despliega el registro vocal y la profundidad afectiva como para que sus versiones sean tan contundentes como las que dieron la vuelta al mundo décadas atrás. “Perdóname”, la versión en español de “All By Myself” de Eric Carmen (1975), les hace justicia a las melodías crepusculares de Rachmaninoff que aparecen en el original, mientras que la balada de jazz-soul “Sunny” (grabada por centenares de artistas) cierra el disco con un rayo de optimismo. “Eres tú”, un original de Calderón, transmite la energía sanadora del góspel. Un detalle adicional le imprime el sello de clásico a Soy Como Quiero Ser: los dos duetos que LuisMi comparte con cantantes invitadas. “Sin Hablar” se destaca por la química que comparte con la estadounidense Laura Branigan, estrella de los años 80. “No Me Puedo Escapar de Ti” es una balada intimista que crece en intensidad gracias a la presencia de la diva regiomontana Rocío Banquells. Mucho más que un proyecto juvenil, este álbum ya proyectaba en ese entonces los mismos cálidos paisajes emocionales que acompañarían al Sol de México durante el resto de su carrera.