Filmada en la sala de ensayos de la Orquesta Sinfónica de Londres con los músicos separados bajo las nuevas reglas de la pandemia, esta colección captura a Sir Simon Rattle en una tersa versión de una obra que seguramente haya dirigido docenas de veces. La atemporal sinfonía cobra nueva vida y se hace aún más conmovedora por el hecho de que esta fue una de las primeras veces que la orquesta y el director tocaban juntos después de un largo verano sin música. El momento mágico que desemboca en el movimiento final, tantas veces la medida de una buena versión, no decepciona y explota con incontenible vitalidad.