La distintiva y melódica voz de Super Cat le valió el reconocimiento entre los grandes de la escena del dancehall. Sus comienzos se remiten a los sound systems de los ochenta, una época en donde también comenzó a colaborar con el DJ jamaiquino, Nicodemus. A mediados de los 90, su creciente éxito lo llevó a viajar a Nueva York en donde firmó un contrato con la disquera Columbia Records. Tras sacar decenas de álbumes y sencillos, comenzó a tener popularidad en los Estados Unidos y se convirtió en una influencia para los DJs de la siguiente generación.