Este compositor checo nacido en la región de Bohemia le otorgó a la tradición sinfónica un carácter nacionalista, ganando la aprobación y el patrocinio de Brahms. De sus nueve sinfonías, quizás la Séptima sea la más refinada, mientras que la Novena es la más popular. Compuso uno de los conciertos para chelo más célebres de la historia. Su música de cámara está arraigada fuertemente en el espíritu checo. La nostalgia que le produjo vivir en Nueva York le inspiró trabajos entrañables. Hay música de su autoría que no se ejecuta regularmente, pero que representa una enorme recompensa para el oído.